La protección solar es imprescindible en verano si queremos cuidar nuestra piel y evitar la aparición de posibles manchas solares y el envejecimiento prematuro. Para ello necesitamos utilizar la crema adecuada para nuestra piel y, lo más importante, específica para cada parte del cuerpo. ¿Te gustaría saber por qué? Te contamos qué diferencia un protector solar facial de uno corporal y por qué debes utilizar ambos.
Diferencia entre un protector solar facial y uno corporal
Cuando llega el buen tiempo lo primero que viene a nuestra mente es la playa, la piscina y las salidas veraniegas. Pero también dicen que una de las cosas que más recordamos en esta época son ciertos olores, siendo el del protector solar y el del aftersun los más comunes entre la población. Este dato solo indica una cosa: el protector solar es sinónimo de verano y debemos utilizarlo sí o sí.
No obstante, cuando vamos a la tienda a conseguir uno siempre nos surge la misma duda: ¿tengo que comprar un protector solar facial y otro corporal o el protector corporal me sirve para todo el cuerpo? A continuación, la respuesta.
Protector solar corporal
El protector solar corporal es el rey de las ventas durante el verano. Podemos encontrarlo como una leche corporal, como una crema o como un spray, aunque en cualquier caso la protección va a ser la misma teniendo como referencia el factor de protección solar.
Este producto es adecuado para uso diario, aunque algunos suelen presentar un aspecto ligeramente aceitoso que puede no ser de nuestro agrado, por lo que seguramente acabemos utilizándolo únicamente cuando vayamos a la playa o a la piscina. No obstante, su uso es imprescindible y te recomendamos que busques uno que se ajuste a tus necesidades.
Por lo general no suele causar ningún tipo de reacción, aunque al acercarlo a los ojos y las mucosas podemos sentir escozor e incluso puede darse una irritación en caso de entrar en contacto directo.
Protector solar facial
Hace años solo utilizábamos protectores solares corporales pero poco a poco han ido surgiendo otros más concretos, como son los faciales, el protector para labios y el del contorno de ojos. ¿Para qué? Precisamente por ser específicos y lograr un efecto más adecuado para la zona concreta donde vayamos a aplicarla.
Los protectores solares faciales tienen un precio más elevado que los corporales por la cantidad de propiedades adicionales que incluye al tener en cuenta que se trata de la zona más sensible y expuesta a la radiación solar. En concreto, hablamos de sustancias hidratantes, nutritivas e hipoalergénicas que nos ayudan a mantener nuestro ADN celular protegido.
Por otro lado, esta composición más suave y delicada del protector solar facial también ofrece un efecto muy diferente al corporal: en primer lugar es más fácil y cómodo de aplicar debido a que la textura de la crema es mucho menos aceitosa, y en segundo lugar está creado para que los ojos no se irriten y no sintamos el escozor que nos generan los corporales.
Por último, algo fantástico de las cremas solares faciales es que puedes conseguirlas con un beneficio extra para tu piel. De hecho, en el mercado ya pueden encontrarse algunos que previenen las arrugas o que revitalizan el rostro cansado.
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