Otoplastia: Adiós a las «orejas de soplillo» con cirugía. Hay complejos corporales que es mejor cortar por lo sano. En la actualidad existen varias formas para solucionar «aquello que no te gusta de tu cuerpo». Hay cirugías más demandadas que otras, y otras que aún son grandes desconocidas, como es el casa de la otoplastia. Esta cirugía es la solución perfecta si tienes «orejas de soplillo». La otoplastia resuelve cualquier deformidad de la oreja. En EllaHoy os explicamos qué es y cómo funciona.
Los problemas en las orejas o las deformidades son muy variadas, desde la ausencia total de la oreja, o simplemente para arreglar un problema puramente estético. Esta cirugía, es de las únicas que se puede realizar tanto adultos como niños. Con la otoplastia corriges la posición o forma de las orejas. La anestesia que se suele utilizar es local y se suele administrar un sedante para relajar al paciente. Para niños más pequeños de realiza una anestesia general. Hay muchas técnicas quirúrgicas para realizar una otoplastia, suele depender del problema que tenga cada oreja. La alteración más frecuente son las orejas de soplillo. Para corregirlas se realiza una incisión en la parte posterior de la oreja, junto al hueso. A continuación se va estriando ligeramente el cartílago para que pierda la elasticidad y la fuerza, que es lo que tienda a llevarlas hacia delante, hasta que toma la forma correcta. La piel que puede sobrar, se quita. La cicatriz que se realiza es casi invisible y siempre queda detrás de la oreja. La operación puede durar alrededor de dos horas como mucho.
El postoperatorio es muy importante. Se lleva un vendaje acolchado durante 2 o tres días. Cuando se retira las orejas tienen una pequeña inflamación que va remitiendo según pasan los días. Los puntos se retiran a los 10 o 15 días más o menos. En ocasiones, también se ponen puntos reabsorbibles. Durante el postoperatorio debes hacer vida más o menos normal, pero teniendo mucho cuidado cuando te laves el cabello. Durante las primeras semanas debes usar una cinta elástica para mantener las orejas en su sitio y protegerlas. Este vendaje solo se puede quitar en pequeños momentos. El dolor (es le leve) se controla con analgésicos. Después de la operación, aunque no es habitual, pueden aparecer hematomas, infecciones cicatriz queloides o recidiva de la deformidad. En general es muy raro que suceden estas complicaciones, pero puede llevar a suceder. Antes de realizar cualquier operación estética debes consultar bien todos los pros y contras. También es esencial que te pongas en manos de una clínica de confianza.