Vivimos en una sociedad donde estar delgada es una prioridad para muchas mujeres, y es que el canon de belleza actual indica que ese es el cuerpo perfecto. Obviamente, este estereotipo ha ido cambiando a lo largo de los años y, especialmente, en función del lugar de origen. Uno de los lugares donde lo que se entiende por belleza no coincide con nuestra propia concepción es en África, donde las mujeres gordas son el ideal de belleza.
Cánones de belleza
La belleza es un atributo totalmente subjetivo y el estereotipo de la mujer perfecta tan sólo es una construcción social o, dicho de otro modo, una convención que generalmente viene dada por las altas esferas y, por supuesto, por la propia sociedad. Si echamos un vistazo hacia atrás, podremos comprobar cómo lo que se entiende como “bello” ha ido cambiando en cada periodo histórico. De hecho, actualmente estamos viviendo una transición, y es que está dejándose a un lado el estereotipo tradicional de la mujer delgada para dejar paso a una mujer mucho más natural, con sus curvas y sus imperfecciones.
Canon de belleza africanoAl igual que los cánones de belleza occidentales todavía nos empujan a mantenernos delgadas, en África las mujeres son obligadas a tener un peso más que considerable desde una edad muy temprana. Esto se debe a que el sobrepeso y la obesidad en este continente no significan que la persona que lo sufre pueda tener un problema de salud, sino que simbolizan el alto status. No es de extrañar esta creencia si pensamos en todas las imágenes que nos llegan de niños y adultos con problemas de desnutrición, cuya delgadez revela una vida extremadamente pobre y sin recursos. Así pues, la obesidad y todo lo que conlleva está reservada a las personas más adineradas, y la delgadez a los más pobres.
Estas creencias han hecho mella durante muchos años, especialmente en la vida de las niñas. Durante muchos años se han dado casos de internamiento en granjas de engorde donde se las alimenta con dietas hipercalóricas para ganar peso y así atraer a un hombre que quiera ser su marido a una edad muy temprana, ya que éstos entienden que la delgadez muestra que no está preparada para el matrimonio. Durante todo el proceso las pequeñas lo pasan especialmente mal, pero les inculcan desde muy pequeñas que conseguirán ser felices en el futuro realizando este sacrificio.
Por otro lado, las mujeres con un mayor poder adquisitivo acuden a centros de sobrepeso justo antes de casarse para asegurarse de que su aspecto físico constate que tiene mucho dinero, con la consiguiente fama que ello asegura. Se podría decir que se preocupan tanto o incluso más que las novias occidentales, aunque, claro está, realizando la acción contraria.
Como consecuencia de todo lo dicho hasta ahora, las mujeres jóvenes consumen actualmente medicinas y hormonas para ganar peso más rápidamente, las cuales pueden conseguir en prácticamente cualquier lugar y sin necesidad de receta médica. También existen rumores que hablan sobre una patología que sufren algunos hombres, quienes obligan a sus esposas a engordar hasta límites enfermizos por caprichos sexuales o por celos, ya que piensan que a esos niveles no atraerán a ningún otro hombre y será sólo para él.
En cualquier caso, está claro que los extremos no son en absoluto saludables ni beneficiosos para nadie, y en especial para las afectadas. Sólo nos queda esperar a ver cómo avanza esta nueva ola a favor de la belleza natural y comprobar sus resultados.