Varicela en bebés: Cómo tratarla. La varicela es una enfermedad muy típica de los niños en su primera infancia. Esta infección es benigna y no suele dejar secuelas, aunque es muy desagradable para los que la sufren. Los síntomas más conocidos son las manchas rojizas que se extienden por todo el cuerpo y vienen acompañados de dolor de cabeza, fiebre, cansancio e intensos picores que resultan especialmente molestos para el niño. La varicela afecta, generalmente, a los niños a partir de los cuatro meses, aunque si su madre no la ha padecido, el bebé puede contagiarse desde el momento de su nacimiento.
El virus responsable de la varicela es del grupo llamado Varicela-zoster y se transmite de persona a persona a través de la tos, el estornudo y el contacto directo. El 90% de las personas que se exponen al virus y no han padecido la enfermedad, la contraen.
¿Qué hay que hacer si tu bebé se contagia de esta enfermedad?
- En cuanto sospeches que el niño puede tener varicela, debes llevarle al médico.
- Es muy importante que tengas en cuenta que es una enfermedad altamente contagiosa, por lo que conviene que no le pongas en contacto con otros niños. En el caso de que lleves a tu bebé a la guardería, debes dejar de hacerlo durante el tiempo que dura el contagio, es decir, desde dos días antes de que aparezcan las pequeñas vesículas, hasta cuatro días después.
- No existe ningún tratamiento curativo, aunque se puede controlar el alcance de la enfermedad con antivíricos, antihistamínicos y, sobre todo, con medicamentos que bajen la fiebre, como es el caso del paracetamol.
- Mantén su piel limpia lavándole a menudo con jabón de avena una loción de calamina. Las uñas deben estar cortas para evitar las infecciones que proceden de rascarse las erupciones en la piel y si el bebé es muy pequeño, ponle manoplas de algodón.
- Evita que exponga la piel al sol, aunque debes tener en cuenta que el aire es muy bueno para curar las heridas y aliviar el escozor.
- Vístele con ropa amplia y de algodón para que no le roce con la piel y aumente la molestia que ya de por sí le producen las lesiones de la varicela.
- Por último, en el caso de que tu hijo no se haya contagiado nunca de la enfermedad, lo puedes vacunar para prevenirla. Existe una vacuna para los niños de 12 meses a los doce años y una distinta para los adultos y los niños mayores de 13 años. A pesar de la vacuna, los bebés que han sido vacunados pueden contagiarse de la enfermedad, aunque siempre la pasarán de forma más leve.
Si tu hijo contrae la varicela es importante pensar que nunca más la volverá a pasar, ya que una vez superada, el organismo del niño queda inmunizado contra este virus para toda la vida.