El termómetro digital es una alternativa fiable, fácil de leer y rápida para tomar la temperatura a los más pequeños de la casa. Alternativa que se impone al termómetro convencional tanto por ser más precisa como más rápido en la medición. ¿Es fiable? La respuesta a la pregunta es que sí.
Parece una tarea sencilla de realizar e inmediata, pero para medir la temperatura y comprobar si hay indicios de fiebre hay que saber tomarla. Con los termómetros digitales solo hay que colocarlo en la zona corporal, el oído, debajo de la lengua o del brazo, por ejemplo, y leer la respuesta en la pantalla. Nada que ver con los antiguos termómetros de mercurio –ya retirados de su venta y sustituidos por otros más avanzados tecnológicamente y más respetuosos con el medio ambiente.
Al ser tan precisos es difícil que arrojen valores erróneos, aunque eso sí puede suceder, tanto por un error de medición como por desconocimiento de cómo tomar la temperatura.
Fiebre bebé: termómetros digitales
La fiebre es un síntoma y una respuesta de nuestro organismo que nos alerta que algo no va bien. La fiebre puede desvelar una infección o una enfermedad. En el caso de los bebés, los termómetros digitales más recomendados para incluir en el botiquín son los que toman la temperatura rectas o debajo de la axila.
Termómetros digitales: cómo funcionan
En la toma de la temperatura, incluso con los nuevos termómetros digitales, pueden influir factores como la humedad, la temperatura exterior, la distancia a la que se colocan. En la práctica, la medición cambia si, por ejemplo, en la habitación hay mayor o menor humedad, si la ventana está abierta o la calefacción encendida. En el caso de los bebés, por ejemplo, hay que evitar tomar la temperatura después de darle un baño o de haberlo tenido envuelto en una manta, ya que esto podría alterar la temperatura.
Para utilizar correctamente un termómetro hay que seguir las indicaciones. Los termómetros, como dispositivos médicos, están sujetos a la normativa europea por lo que, antes de su venta, deben cumplir con todos los requisitos legales. Así, por ejemplo, en el embalaje del termómetro debe aparecer el símbolo CE seguido de un número que certifica su control, además de indicar en el folleto todas las instrucciones para su uso y conservación.
Tal y como hemos señalado hay varios tipos de termómetros digitales. Si optamos por tomar la temperatura colocando el termómetro debajo de la axila, el primer paso es desinfectar, primero con agua y jabón y después con alcohol, la punta. Lo encendemos y borramos las lecturas anteriores para que no haya error. Lo mejor es colocar al bebé tumbado sobre nuestras piernas o en el regazo, para colocarle mejor el termómetro. Una vez colocado solo hay que esperar a que el propio termómetro emita una señal de aviso. En la pantalla se puede leer la temperatura.
Si el termómetro es rectal, además de limpiar bien el termómetro, conviene aplicar una gota de lubricante. Para medir la temperatura, coloca al bebé de espaldas, con las manos sujetando sus glúteos hasta que el termómetro emita la señal. Si el termómetro digita es de oído se coloca en el conducto auditivo. También se puede medir la temperatura directamente de la frente (salvo en los recién nacidos). El método más preciso hasta los tres meses es el rectal.