Oxitocina: hormona contra la timidez en el embarazo. ¿Eres insegura? ¿Tiemblas o te quedas sin palabras cuando estás delante de gente? De ser así, eres una persona tímida. Seguramente que has pensado una y mil veces alguna forma de poner remedio a tu timidez sin éxito alguno. Pues atenta, investigadores de la Universidad Concordia, en Canadá, han descubierto en un estudio que la oxitocina, una hormona que se produce en grandes cantidades durante el embarazo, cambia la personalidad. ¿Te has notado más extrovertida y abierta mientras has estado embaraza? Ya sabes por qué.
La oxitocina, conocida también como la ‘hormona del amor’ o ‘del apego’, es un neuropéptido que actúa como neurotransmisor, y en las mujeres se libera en grandes cantidades durante el parto, y también como en respuesta a la estimulación del pezón por la succión del bebé.
El trabajo de estos investigadores constata que esta hormona hace a las personas más abiertas, sociables y mejora la autopercepción cuando se está en compañía de más gente. Aunque desconocen el mecanismo por el que la oxitocina facilita la conducta prosocial, la mayoría de ellos comparten la hipótesis de que altera la forma en la que las señales sociales en el entorno externo son procesadas, codificadas e interpretadas.
Puede que quizá esta hormona nos ayude a las mujeres a estar más relajadas y tranquilas durante el embarazo y dar de lado al estrés, causante de partos prematuros, o que nos haga un postparto más llevadero y una pronta recuperación.
Para validar su investigación, los científicos realizaron un estudio con 100 hombres y mujeres sanos de entre 18 y 35 años. A 24 de ellos se les suministró unidades de spray de oxitocina, y al resto placebo. Tras 50 minutos, se sometieron a una serie de cuestionarios capaces de evaluar los estados de ánimo tales como la extroversión, la apertura a nuevas experiencias, la amabilidad, etc., y a conversaciones con otros participantes.
Los resultados revelaron que los participantes que se autoadministraron la oxitocina intranasal tuvieron niveles más elevados de extroversión y de apertura a nuevas experiencias que los que recibieron placebo. En concreto, la hormona amplifica rasgos de personalidad como la calidad, la confianza, el altruismo y la apertura. Cambia la forma en la que uno se percibe a sí mismo.
En un principio, el tratamiento no produce efectos secundarios, aunque no se tiene la certeza de si puede haber efectos negativos asociados a su uso crónico.
El equipo de investigadores, tras este descubrimiento, están interesados en el estudio de la hormona en los trastornos psiquiátricos que se caracterizan por problemas de comportamiento social, como es la depresión.