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Marta Ortega y Sergio Álvarez: Padres de un niño llamado como su abuelo. El pasado martes por la mañana, la hija pequeña de Amancio Ortega, fundador del imperio textil Inditex, dio a luz mediante una cesárea programada a su primer hijo junto a su marido, el jinete Sergio Álvarez en la Clínica Quirón de La Coruña. Éste nuevo miembro de la familia ha recibido el nombre de su abuelo materno en su honor, y se ha convertido en uno de los bebés más ricos de España, junto a los otros tres nietos del magnate, de su hija Sandra, fruto de su primer matrimonio con Rosalía Mera.
A pesar de que en ningún momento Marta Ortega ha confirmado su embarazo, y que en estos últimos meses hemos podido verla vistiendo ropa amplia para intentar disimularlo, todos sabíamos que la hija pequeña de Amancio Ortega, fruto de su matrimonio con Flora Pérez Marcote, estaba esperando la llegada de su primogénito junto al jinete Sergio Álvarez, con el que contrajo matrimonio con una boda íntima el pasado año.
El martes por la mañana, Marta Ortega había programado una cesárea a las 8.30 de la mañana en la Clínica Quirón de La Coruña, pero para despistar a los medios que se congregarían a las puertas, acudió a las 6 de la madrugada.
Finalmente, y tras una intervención sencilla, nació el cuarto nieto del magnate textil, que recibió el nombre de su abuelo materno en su honor, y pesó la friolera de 3,900 kilogramos.
El dueño de Zara ya tiene otros tres nietos pertenecientes a su hija mayor Sandra, fruto de su anterior matrimonio con Rosalía Mera, con quien fundó su imperio, y que ocupa el octavo puesto entre los más ricos del mundo, y éste último será otro de los bebés más ricos de España y del planeta, ya que su abuelo ha sido proclamado el tercer hombre más rico del mundo según Forbes hace unos días, tras haber aumentado su fortuna en 19.500 millones de euros durante los últimos 12 meses, llegando a amasar una fortuna de unos 57.000 millones.
Está claro que Marta Ortega y Sergio Álvarez, no tendrán las típicas preocupaciones de cualquier padre primerizo, ni se tendrán que ocupar de comprar pañales, carritos o juguetes, por lo que no es de extrañar que dentro de un tiempo nos sorprendan aumentando la familia.
Seguro que toda la familia está encantada con este nuevo miembro, que llega con un pan debajo del brazo, pero de lo que no estamos tan seguros es, de que en algún momento la pareja decida presentarlo en sociedad, ya que la discreción es algo que siempre les ha caracterizado, a pesar de elevado estatus social.