Educación de los niños: Cinco cosas que no debes decirle. La educación de los niños es un aspecto muy delicado y enormemente importante para el futuro del pequeño. Puede parecer que los niños no escuchan o que no prestan toda la atención que deberían a sus padres, pero lo cierto es que tienen una gran memoria y se acuerdan de todo lo que les dicen. Una frase dicha en un momento de indignación, rabia o enfado puede producir un daño que tarde mucho en curarse cuando en realidad probablemente, de haberlo pensado mejor, no se llegaría a haber dicho. Hay que ser muy cuidadoso con lo que se dice ya que, aunque el dicho afirme que “las palabras se las lleva el viento”, no siempre es así y pueden herir la sensibilidad de cualquiera y mucho más de un niño.
Tenemos que ser conscientes de que no se habla a un niño igual que a un adulto y de que nuestras palabras tienen diferente efecto si hablamos a un pequeño. Esto no quiere decir que no podamos hablar con ellos de cualquier cosa, incluso de los problemas de los padres como el divorcio, ni de que no se les pueda regañar, pero sí hay que tener cuidado con lo que se dice y hay cosas que no se le deben decir en ningún momento. ¿Sabes cuáles son?
¿Qué no debes decirle nunca a un niño?
El comportamiento de los padres incide directamente sobre el de sus hijos, al igual que todo lo que pasa en su vida, como se ve claramente en las situaciones de divorcio y de discusiones entre los progenitores. Cualquier palabra que le digas a un niño, se le queda grabada, por lo que hay ciertas cosas que es mejor evitar.
- Eres el mejor. A pesar de que puede parecer que esto anima al niño a superarse y que es bueno, lo cierto es que no es así. Los psicólogos infantiles recomiendan que no se le diga de esta manera sino que se alaben las buenas cosas que hace de manera individual, como por ejemplo las notas, algún comportamiento…
- No. Esta palabra es muy peligrosa cuando se trata de decírsela a los niños. Esto no quiere decir que haya que permitirles hacer lo que quieran, nada más lejos de la realidad, sino que hay que intentar decirla solo en momentos serios. Para las pequeñas cosas cotidianas es mejor dar la orden en afirmativo para pedirles que cambien la conducta.
- Espera a que se lo digamos a papá o a mamá. Con esta frase restas autoridad a uno de los miembros de la pareja o da la sensación de que no quieres tomar la decisión tú por miedo a dar una negativa. Es cierto que hay que tomar las decisiones entre los dos, pero no hay que decírselo de esta manera a tu hijo o hija. No puede haber un “bueno” y un “malo” entre los padres y es la sensación que da.
- Ya veremos. Esta frase se dice por dos razones, fundamentalmente. El primer caso es porque no tienes tiempo de discutirlo en ese momento y en ese caso debes explicárselo a tu hijo, decirle que te lo recuerde más tarde y dejar la decisión para luego. Si se la dices por no darle una negativa en ese momento, el resultado será que él insista y tu paciencia se acabe, por lo que no es buena idea dejarlo.
- No me hagas… Las amenazas nunca son buenas y con esta expresión le das a él el poder de lo que tú vas a hacer, por lo tanto, es mejor evitarla.
Si tienes esto en cuenta es muy posible que, sea lo que sea lo que le digas, consigas que te escuche y que las palabras que le dirijas tengan solo beneficios y no le perjudiquen.